スペイン史研究

ESTUDIOS DE HISTORIA DE ESPAÑA

Número 28 (diciembre 2014)

La misión Keichô en España

por Carlos Martínez Shaw

 

Japón y Asia en una crónica indígena novohispana: el Diario de Chimalpain

por Yukitaka Inoue

 

Domingo Francisco de San Antón Muñón Chimalpain Cuauhtlehuanitzin es un cronista e historiador novohispano, descendiente de la nobleza indígena del centro de México. Nacido en 1579, es decir, algo más de medio siglo después de la conquista española, en Amaquemecan Chalco en el sureste del Valle de México, se trasladó a los 14 años a la ciudad de México y vivió años en la iglesia de San Antonio Abad que se encontraba en el sur de dicha capital virreinal. En las primeras décadas del siglo XVII escribió en náhuatl varios escritos históricos: se trata de ocho relaciones (PrimeraSegundaTerceraCuartaQuintaSextaSéptima y Octava relaciones), el Memorial breve y el Diario.

Este artículo intenta estudiar los siguientes tres puntos: 1) revisar el contexto histórico mesoamericano y situar las obras chimalpaínas en ese contexto; 2) revisar los datos sobre Japón y los japoneses, contenidos en el Diario; 3) estudiar los topónimos en el Diario, para considerar la imagen que tendría Chimalpain sobre Japón y Asia.

En Mesoamérica, a la llegada de los conquistadores españoles, tenían la milenaria tradición de escritura. Entre sus "libros", conocidos hoy en día como "códices", existía una forma de anales históricos llamados xiuhámatl. La mayor parte de las obras de Chimalpain son precisamente de este estilo, registrando sucesos prehispánicos, aunque están escritas con la escritura alfabética. Por lo tanto, cabe decir que el Diario, que narra sucesos contemporáneos del autor, es una obra netamente histórica con cierta influencia prehispánica.

En el Diario, se narran sucesos tanto en las sociedades españolas como en las indígenas entre 1577 y 1615, pero al mismo tiempo, es en esta obra donde encontramos también mención a Japón y a los japoneses, que en aquel entonces estaban en contacto con Nueva España. Un primer suceso mencionado es el martirio de los 26 cristianos en Nagasaki, entre los cuales se encontraba el conocido santo mexicano San Felipe de Jesús. Chimalpain también escribe sobre el naufragio de Rodrigo de Vivero en las costas de Onjuku en 1609, el cual regresó a México al año siguiente trayendo consigo a un grupo de japoneses. El cronista presenció la entrada de estos japoneses a la ciudad de México. Unos años después, en 1614, llegaría a México otro grupo de japoneses, encabezado por el ?embajador? Tsunenaga Hasekura. Nuestro autor también vio y describió a estos japoneses, de lo cual veremos detalladamente en este artículo.

Por otra parte, al analizar el Diario, podemos saber cuál era la imagen que tenía este cronista indígena sobre Asia. Una revisión de los topónimos como Manila, Japón y China, junto con otros términos nahuas utilizados en el texto, nos revela que para Chimalpain, Manila era una ciudad con gobernador(expresada como altépetl en náhuatl); que Japón era un país(también concebido como un altépetl)gobernado por un gran tlatoani o "emperador"; y que China era una extensión geográfica más vaga, la cual quizás correspondería a lo que es Asia en general.

 

 

La familia Colonna y los embajadores japoneses de Tensho (1582~1590) y Keicho(1613~1620): desde el punto de vista de la recogida de las informaciones japonesas en la familia Colonna

por Hitoshi Ogawa

 

Esta contribución cientifica tiene la finalidad de analizar los documentos de los embajadores Tensho y Keicho que están conservandos en el Archivo Colonna. Scipione Amati era el vasallo de la familia Colonna, fue famoso como intérprete del embajador Keicho y fue autor de la relación sobre este embajador; nos anotamos el textoHistoria del regno di Voxu del Giappone(1615). Este texto es el más importante por el trabajo del embajador Keicho; sin embargo nadie conocía la carrera de Amati, tambíen si varios investigadores hasta ahora han prestado atención a la relación entre la familia Colonna y este embajador. Así que yo empecé mi investigación con el fin de buscar los documentos sobre el embajador japonés en el Archivo Colonna en Roma, teniendo en cuenta muy bien la situación tomada. Por consecuencia encontré muchos documentos nuevos que ponen en claro la relación entre la familia Colonna, los embajadores japoneses Tensho y Keicho, y en particular 140 correspondencias o más que Scipione Amati escribió.

Por esta razón yo comprobaré ante todo la historia de la familia Colonna hasta el siglo diecisiete, después yo pondré en orden y examinaré las correspondecias con el Cardenal Ascanio Colonna(1560~ 1608)y las incluidas descripciones sobre el embajador Tensho; aún las correspondecias con Filippo I Colonna(Príncipe de Paliano, 1578~1639)con las incluidas descripciones sobre el embajador Keicho. A continuación yo analizaré como la familia Colonna obtuvo las informaciones sobre el embajadores japoneses, utilizando la red personal por todas las informaciones que había construido.

Además analizando también Scipione Amati en el papel como el intermediario de la información, yo estudiaré la relación entre la familia Colonna y ambos los embajadores que nadie ha dejado bien claro. Este es el principal objetivo de este mi trabajo.

 

El paso del Imperio español por el Pacífico en los siglos XVI y XVII

por Atsuko Hirayama

 

En este artículo, intentamos pensar el significado del paso del Imperio español por el Pacífico en los siglos XVI y XVII, por el cual pasaba la Embajada de Hasekura, que sería uno de los efectos que fueron producidos por la Globalización en su aurora.

Según la perspectiva histórica de cada país o región, España es el centro del Imperio español y las Islas Filipinas son su colonia del extremo "occidente". En las Islas donde no se producían metales preciosos como en el Nuevo Continente, mientras el ingreso anual de la caja real era escaso en comparación con los de las otras colonias continentales, sus gastos eran enormes por causa de las gestiones militares contra los poderes locales y los europeos que las atacaban sin cesar. Por fin la caja real sufría de gran defícit. Por estas dos causas, la corona española no había hecho mucho caso de las Islas. Una monografía recién publicada presenta una visión pesimista sobre las Islas, contando tres fracasos: el misional, el político y social, y el económico.

Sin embargo, podríamos encontrar un aspecto muy diferente del discurso presentado arriba, si dirigimos la mirada a varios movimientos que evolucionaron en las Islas.

Apenas establecida una colonia en Manila por los españoles, los chinos vinieron en masa para venderles muchas mercancías, entre las cuales la seda era tan importante en los siglos XVI y XVII que no solamente los españoles de Manila sino los de México acudieron a comprarla lo más posible por la gran demanda en el Nuevo Mundo. A los chinos, a su vez, les encantaba conseguir los pesos de ocho reales como importe de su venta, porque era enorme la demanda de plata entre los chinos por el patrón de plata en el Imperio chino. Las dos razas se satisficieron recíprocamente la necesidad en Manila, donde empezó a aumentar el comercio entre ellos dramáticamente en la década de 1580 y gozó de un auge en la de 1620.

El diario oficial de la dinastía Ming "Ming Shi-luh", nos enseña que el comercio fujianense con Manila tenía mucha importancia para la provincia desde donde salían los chinos a las Islas, aunque solo hay unas pocas discripciones relativas a los españoles y Manila en él. El gobierno introdujo un nuevo impuesto especial sobre la plata que llevaron consigo en particular los barcos que regresaron de Manila, porque los chinos preferían conseguir vehementemente la plata por importe de sus mercancías. Los ingresos anuales de dicho impuesto eran suficientes para cubrir la mayoría del gasto de defensa militar de la Costa de Fujian. Esta relación comercial no había sido cortada aun por los acontecimientos siniestros como dos tumultos en los que murieron más que 20,000 chinos en cada uno. Además los chinos vendían al fiado sus mercacías a los españoles y aportaban una cantidad grande ocasionalmente y luego anualmente aparte de los impuestos ordinarios para soportar al gobierno colonial, porque la caja real solía carecer de pesos por causa de naufragios de galeones de Manila y ataques constantes de enemigos. Éstos nos suponen existencia de un mercado donde los chinos participaban por su interés más activa y positivamente que se pensaba.

Japón, por otra parte, producía la plata tanto como el Nuevo Continente desde principios del siglo XVI, mientras era muy alta la demanda de la seda desde la segunda mitad del siglo. Los chinos pudieron adquirir mucha plata por la venta de la seda en Japón. Lo siguieron los portugueses, y también los espa- ñoles que entendieron el sistema lucrativo del comercio lusitano se acercaron a Japón y gozaban de gran beneficio del comercio con los japoneses desde 1590 aproximadamente. A través de este comercio los españoles de Manila multiplicaban la plata llevada por Galeón de Manila desde Acapulco.

En resumen, se había establecido casi espontaneamente el comercio entre Acapulco, Manila, Fujian, y Japón por el paso del Imperio español por el Pacífico y cada región gozaba de beneficios. Los movimientos de la gente, como consecuencia natural, fueron suscitados por esta ruta. También se podría indicar que cada región había aprendido la necesidad de considerar el beneficio de su ajeno para su propio interés. Lo que sería condición necesaria para mantener las relaciones y el primer paso para la Globalización. Parecería que la perspectiva histórica de Globalización minimizase la importancia histórica del Imperio español en la Historia mundial. Nuestra conclusión es completamente contraria. La red dicha de comercio fue establecida principalmente por dos cosas: el paso del Imperio por el Pacífico y el establecimiento del sistema firme y seguro del tráfico atlántico. La primera se había hecho posible por la segunda. Ambas empresas fueron realizadas por la acumulación de conocimientos científicos, renovación de tecnología a través de experiencias y fracasos sin número, y el poder financiero del Imperio. Y la causa española del estado "Evangelización mundial" trabajaba como una impulsora.

El padre fray Luis Sotelo, quien sería la persona más principal del proyecto de la Embajada, entendería ingeniosamente el mundo conectado por el Imperio como hijo de la época y del Imperio, y sería uno de los primeros quienes se daban cuenta del valor de esta red y sabían utilizarla.

Las relaciones comerciales con los infieles andalusíes: el ejemplo de la frontera castellano-granadina bajomedieval

por Yuga Kuroda

 

Es bien conocido que se produjeron los conflictos político-militares y religiosos en la Península ibérica medieval, llamada la "Reconquista".A pesar de ellos, actualmente hay muchos invesitigadores que desean ver unas relaciones cordiales y cotidianas entre las dos sociedades, es decir, entre la sociedad medieval crisitana y la andalusí, destacando los intercambios personales, comerciales y del conocimiento. 

Los historiadores no han tratado plenamente hasta estos días las relaciones comerciales entre la sociedad cristiana, especialmente la castellana, y la andalusí, salvo el comercio entre las ciudades marítimas, como Génova y Pisa, y los puertos de al-Andalus. Claro que tenemos unos artículos muy concretos escritos por historiadores de la región castellano-leonesa y aragonesa, que tratan el comercio terrestre entre ambas sociedades. Sin embargo, hay que decir que todavía no conocemos el esquema general en torno al comercio medieval crisitano-andalusí, aunque haya varias investigaciones concernientes a las relaciones comerciales terrestres entre el sultanato nazarí y el reino de Castilla. Así pues, el objetivo de este artículo es esquematizar el comercio terrestre entre ambas sociedades dichas, teniendo en cuenta la información obtenida sobre la realidad del comercio terrestre bajomedieval castellano-nazarí.

Antes de tratar el comercio bajomedieval, vamos a echar un vistazo general por el comercio entre la Cristiandad y el Islam. Para esto, veremos, en primer lugar, la postura de la Iglesia, o sea, las decisiones de los Concilios Ecuménicos plenomedievales (silgos XII- XIV). Vistas éstas, llegamos a la conclusión de que hay solamente un artículo en que se restringe el comercio con los infieles, en concreto, con los "sarracenos de Oriente" prohibiéndose la compra-venta con ellos de armas y naves para la guerra. Esto nos indica que la Iglesia consideraba el comercio con infieles solamente como el asunto de la política en torno a la región de Jerusalém. Por otra parte, ¿cómo los reyes castellanos pensaban tal comercio? Nos da una información muy sugerente un artículo sobre el comercio, contenido en Siete Partidas. Aparte del reglamento similar al artículo del Concilios eclesiásticos, es interesante que se añade la prohibición de vender víveres a los andalusíes. De hecho, fue normal que la realeza castellana bajomedieval fue poniendo una limitación estricta en las relaciones comerciales, concertando los tratados de tregua con el reino nazarí. Por ejemplo, según la dura negociación en torno al tratado estatal de tregua de 1439 con tres años entre el rey de Castilla y el de Granada nazarí, éste quería siempre el comercio bilateral sin limitación, mientras que aquél deseaba poner su restricción. Al fin y al cabo, el reino nazarí, visto por la realeza castellana, fue enemigo.

Entonces, ¿cómo era la realidad del comercio terrestre a través de la frontera castellano-granadina bajomedieval? O, mejor dicho, ¿cómo veía tal comercio la gente fronteriza, que era protagonista de la guerra y la paz? En primer lugar, este comercio fronterizo terrestre se caracteriza por su escala relativamente pequeña, en comparación con el marítimo protagonizado, en especial, por las ciudades italianas y catalano-valencianas. El comercio terrestre entre las "Fronteras", es decir, entre la frontera castellana y la granadina, fue llevándose a cabo, dividido por tres regiones fronterizas como unidad (el reino de Sevilla-la región nazarí de Ronda y Málaga, el reino de Córdoba-la región de Granada, y el reino de Murcia-la región de Almería). 

En segundo lugar, las mercancías de este comercio se vendieron y se compraron para obtener artículos de necesidad cotidiana; según una descripción de las Actas Capitulares jiennenses de 1482, aceite de oliva, miel, sardinas, almendras, caña de azúcar, paño, y, en especial, ganados, etc. De tal realidad podemos suponer que a la sociedad de frontera castellano-granadina le faltaban casi siempre cosas imprescindibles para sobrevivir. Por eso, se necesitaba el comercio incluso con los infieles. 

Es verdad que siempre se ponían las restricciones del comercio (es decir, se ponían las llamadas "cosas vedadas" o prohibición de vender arma, caballo y trigo, los cuales se consideraban como los productos utilizables para la guerra) entre Castilla y Granada a nivel del tratado de treguas estatales castellano-granadinas. Sin embargo, la sociedad de frontera castellano-granadina no quería guardar tal restricción del rey, incluso solía hacer el comercio clandestino. Podemos conocer a través de algunas cartas reales catalogadas en el Archivo Municipal de Jerez de la Frontera que los jerezanos no sólo seguían haciendo el comercio, sino también vendiendo incluso dichas "cosas vedadas" a los granadinos durante la guerra oficial de 1430.

No sólo esto, sino también los fronterizos mantenían mutuo "aprovechamiento pastoril", es decir, un contrato a nivel local con que prestasen el terreno baldío muy fronterizo al "enemigo" para que pastase su ganado. Así, podemos imaginar que las relaciones "cordiales" entre dos fronteras castellano-granadinas son muy diferentes de las que la Corona de Castilla o el sultán nazarí imaginaba.

En conclusión, visto todo lo que hemos dicho arriba, está muy claro que existen unas discrepancias de visión entre la Corona y la sociedad fronteriza castellano-granadina en torno a las relaciones comerciales. Al fin y al cabo, la gente fronteriza seguía pensando sobrevivir, siendo indiferente que sus clientes fuesen infieles o no.

Oficio y familia en la última etapa del mundo gremial. El caso de los sederos de Barcelona, 1770-1817

por Yoshiko Yamamichi

 

En los últimos años, en Europa se han publicado diferentes estudios sobre los gremios que revalorizan su contribución al desarrollo de la economía pre-industrial. En España el tema también ha empezado a captar el interés de los historiadores, y si bien los gremios de Cataluña cuentan con algunos estudios, los de Barcelona Moderna carecen de las monografías debidas.

El objetivo de este trabajo es analizar la transmisión del oficio de los sederos de Barcelona entre 1770 y 1817 a través de la investigación sistemática de la documentación notarial, principalmente de los testamentos de los sederos y de sus esposas, y también otras fuentes gremiales. Se espera aclarar tanto el grado de apertura de los gremios y su supuesta contribución a la movilidad social o profesional a partir de la procedencia socio-profesional y geográfica de sus miembros, como la realidad de la "endogamia gremial" y la trayectoria vital de las esposas e hijas a partir de la procedencia de ellas mismas. También se analiza el papel de las mujeres en la transmisión del oficio según la herencia, y la estrategia que las familias sederas siguieron en el matrimonio de sus hijos.

Los resultados obtenidos son los siguientes. Primero, la diversidad de la procedencia socio-profesional de los sederos y de sus esposas indica la apertura de los gremios y una endogamia muy limitada de los grupos estudiados. Su procedencia geográfica no era tan diversa, pero la procedencia repartida por toda Cataluña hace suponer la existencia de unas redes de artesanos y comerciantes. Podemos afirmar que esta apertura de los gremios, si no contribuía al intercambio entre el mismo sector de distintos lugares, sí lo hacía a la movilidad profesional,y alguna parte social, en la ciudad y en Cataluña, ofreciendo la oportunidad de aprender el nuevo oficio y participar en los nuevos negocios. 

Suponemos que la endogamia gremial muy limitada se debe en parte a que en las esposas no sólo se buscaba los conocimientos del oficio sino que también se tenían en cuenta otras cualidades. La trayectoria de la vida de estas mujeres no transcurría en el mundo cerrado del oficio paterno como se había pensado hasta ahora. Se tendrá que reconstruir una imagen de la trayectoria de la vida de las mujeres en el mundo gremial a partir de nuevos estudios de caso.

También se ha aclarado la importancia de los papeles de las mujeres como herederas o usufructuarias; sobre todo, los que podían ejercer las viudas como gestoras de los bienes, como administradoras del taller y como tutoras de sus hijos. Sobre este punto también se espera hacer monografías, porque no podemos comprender la realidad del mundo gremial sin entender esas aportaciones de las esposas y viudas, y las actividades económicas que ejercían las mujeres dentro y fuera del gremio. 

Sobre la estrategia familiar de los sederos, se ha detectado cierta decisiones en común, por ejemplo, transmitir el oficio a uno de los hijos, o a una de las hijas, y colocar a los otros hijos en los sectores afines, o buscar casar a las hijas en los sectores más diversos. Sobre este punto se espera profundizar en unas investigaciones con otros documentos como los capítulos matrimoniales o en la historia de algunas familias concretas.

Otra aportación de este trabajo es haber descubierto la vulnerabilidad de la continuidad de la familia de los sederos, que sería otra cara de la movilidad social. Como más de la mitad de las familias no podía esperar poder transmitir el oficio de padre a hijo, la transmisión del oficio de maestro a aprendiz, o a lo mejor otro tipo de educación técnica como algunas escuelas, tendría que tener más importancia. Si además había tantos maestros que no tenían hijos y los que tenían varios hijos se inclinaban a colocarlos en sectores diversos, era necesario abrir el gremio para tener capital y mano de obra suficiente para que el sector continuara activo manteniendo el sistema gremial. 

No sabemos si este cuadro general trazado en este trabajo se puede generalizar para otros sectores artesanales, a otras ciudades, o a otros tiempos, porque sabemos que en el mundo gremial cada corporación tenía sus peculiaridades, pero éstas serían unas características del mundo de los sederos en la Barcelona de la última etapa de los gremios.

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